Mi madre, octogenaria ya, tenía la manía de perseguir a mi hermano por el estrecho pasillo de casa con la zapatilla a mano alzada mientras gritaba "T'enrecordaràs", esas imágenes me recuerdan a cuando los Americanos entraron en Iraq y tiraron la estatua de Sadam hussein, mientras el tanque arrastraba la estatua y los niños lo perseguían con sus babuchas arreandole zapatazos.
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